Cádiz oculta desde hace siglos un galeón hundido con reliquias y plata. Ahora encara su viaje más complicado

El pecio, bautizado DELTA 1, data del siglo XVII y en su interior se encontraron cañones y lingotes de plata

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Ni el Smithsonian, ni el Louvre, ni el British. El museo de arte e historia más grande del planeta se encuentra probablemente en los océanos, a metros de la superficie, donde descansan galeones hundidos desde hace siglos. El Golfo de Cádiz deja un ejemplo magnífico. En 2015 el Centro de Arqueología Subacuática (CAS) calculaba que frente a las costas de Cádiz y Huelva había alrededor de 1.500 yacimientos, de los que aún quedaban 900 por explorar. Hay quien incluso calcula que en la bahía gaditana reposa más oro que el que se custodia en el Banco de España. Ahora Cádiz se prepara para rescatar una de esas joyas del siglo XVII.

Sus responsables ya avanzan que la operación "no tiene precedentes en España", pero sobre todo esperan que ayude a aclarar dos grandes enigmas: conocer mejor cómo se construían los barcos en el XVII y la identidad del pecio gaditano.

La sorpresa del DELTA 1. A comienzos de 2011, mientras realizaban labores de dragado en el Puerto de Cádiz y avanzaban en la cimentación de su nueva terminal de contenedores, los operarios se toparon con una estructura que no debería estar allí: un pecio, los restos sumergidos de un viejo navío que bautizaron como DELTA 1. Antes de iniciar los trabajos los técnicos habían realizado estudios arqueológicos en la zona, pero "debido a la capa de fango de gran espesor" que sepultaba el barco "resultó imposible detectarlo" en los primeros sondeos, aclara el puerto.

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Pero… ¿Qué barco es? Eso es lo que quieren averiguar los expertos, que esperan "identificar de qué barco se trata" y "aportar el máximo de información" sobre su historia. Durante el proceso confían en obtener nuevos datos para saber cómo se construían los barcos hace cuatro siglos. Hasta entonces, del DELTA 1 solo sabemos algunos datos: que data del XVII, que presenta una construcción atlántica y que de él se conserva básicamente el plan, la zona más baja. "En concreto se han localizado un total de 20 metros de eslora por unos siete u ocho de manga", precisa la Junta. Además de su estructura, el pecio cuenta con su peculiar tesoro.

Cargado de reliquias... y plata. La Junta de Andalucía insiste en la "importancia histórica y valor patrimonial" de los restos del pecio, entre los que, hace ya años, se localizaron 27 cañones de hierro suecos Finbanker del XVII y XVIII, 22 lingotes de plata de las minas de Oruro y Potosí, en la actual Bolivia, y una campaña de bronce en la que puede leerse 'Jesús, María y José 1671'.

Entre mayo y julio de 2013 los arqueólogos realizaron más de 400 inmersiones en las aguas gaditanas para estudiar el galeón, excavar su interior y extraer todo el material arqueológico que conservaba, recuerda La Voz Digital. A mayores los expertos identificaron también "elementos de la vida a bordo", como restos de cerámica, vidrio ohuesos de animales. En Galicia unos vestigios similares permitieron al CSIC descifrar qué comían en los buques del siglo XVI.

Un pecio viajero. Tras estudiar en detalle el pecio, en noviembre de 2012, los responsables del Puerto de Cádiz llegaron a una conclusión: había que moverlo. Así que decidieron trasladar los restos del barco a una zona próxima a la obra, de menor calado y mejor visibilidad, lo que facilitaba de paso el estudio de sus restos. De estar a una profundidad de entre 12 y 16 metros pasó a localizarse en un punto a 5,5 m. El problema es que el nuevo lugar en el que se depositó es el área de la fase 2 de la Nueva terminal de Contenedores, un proyecto que acaba de activarse.

Conclusión: "Es necesario su traslado", reconocen. Su destino será en esta ocasión las inmediaciones del muelle 5. Allí se extraerá del agua y trasladará a una "zona cercana" preparada para acoger los restos de la antigua embarcación sin dañarla.

"Sin precedentes en España". "Los restos descansarán sobre una cama de arena de unos 10-20 centímetros de espesor y sobre sacos de tierra. Debajo se habrá colocado un geotextil tupido que impida la pérdida de arena, creando así todo un sistema de fijación", explican desde el Puerto de Cádiz: "Todos los restos quedará bajo una carpa de 20 x 25 metros y se contará con un sistema que mantenga el pecio húmedo para evitar su secado y consecuente deterioro".

Esa labor de izado para extraer el buque del mar y posarlo sobre una cama de arena protegida por una carpa, en un entorno controlado para evitar su deterioro, supone, reivindica el Puerto gaditano, "una operación sin precedentes en España".

Objetivo: despejar la incógnita. La operación permitirá a los técnicos del Centro de Arqueología Subacuática estudiar a fondo el pecio: documentarán sus partes, lo desmontarán por capas y escanearán y tomarán muestras de todas las piezas de madera para, entre otras cuestiones, datarla. "Las piezas desmontadas pasarán a mantenerse en piscinas de agua marina y se realizará un modelado 3D de la parte del barco conservada", apostilla el puerto gaditano, y precisa: "Documentalmente, se intentará identificar de qué barco se trata".

Su destino final: el mar. El destino final del pecio no será sin embargo esa carpa, ni ningún museo de Andalucía o el resto de España. Lo avanza el Puerto y la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, que aclaran qué se hará una vez finalice el estudio: las piezas desmontadas se irán depositando en piscinas de agua marina y los técnicos se encargarán de realizar un modelado 3D de la parte del barco que se conserva. "Se colocarán las maderas en estructuras y todo el conjunto pasará a ser fondeado en las inmediaciones de la Punta de San Felipe y cubierto en un depósito reversible y perfectamente georreferenciado", señala la Junta.

Que el pecio no acabe en un museo tiene su explicación. La responsable del CAS del IAPH, Milagros Alzaga, explicaba hace poco a Diario de Cádiz que las maderas que componen el pecio, de entre 12 y 14 metros, resultarían "difíciles de estabilizar y musealizar". "No existen ni las técnicas adecuadas y desconocemos si las que se podrían usar garantizarán la preservación del barco durante cuánto tiempo".

Historia… e inversiones. Los planes para el DELTA 1 están en sintonía con las recomendaciones de la UNESCO. Hay precedentes además de pecios trasladados a museos que dan una idea de la complejidad y el gran coste que supone decantarse por esa opción. El Mary Rose, expuesto en Portsmouth, Inglaterra, exigió una labor de estabilización que se prolongó durante décadas y una inversión millonaria.

La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz asegura que ha invertido ya 2,6 millones de euros en la recuperación del patrimonio histórico en los últimos 13 años y que el último contrato adjudicado a Divership para el estudio de la zona del pecio y los medios necesarios, incluidas las batimetrías, roza los 544.000 euros.

Una joya (más) del gran museo. A la espera de los secretos que pueda desvelarnos el DELTA 1, algo sí está claro: su pecio es solo una de las muchas joyas históricas que descansan bajo las aguas de Andalucía. En 2010, durante su primer mes de campaña en colaboración con el CAS, la Armada española identificó cerca de un centenar de posibles pecios en el golfo de Cádiz. El Ministerio de Defensa reconocía por entonces que solo en ese punto se estima que hay entre 500 y 800 pecios de los más de 3.000 que, aseguraba, se reparten por el litoral español.

"La mayoría son barcos, aunque también pueden ser aviones, submarinos o asentamientos humanos", precisaba el Ejecutivo. En 2105 el propio CAS apuntaba también la existencia de cientos de naufragios todavía sin explorar y cuyos restos descansaban frente a las costas de Cádiz y Huelva. "Hemos explotado una mínima parte de las fuentes documentales", apuntaba por entonces el organismo.

Imagen | Wikipedia

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