Acelerador de partículas

La fotografía de portada de este artículo es histórica. De eso no cabe la menor duda.

El bosón W es, junto al Z, una de las partículas responsables de la mediación que tiene lugar en la interacción nuclear débil, que es una de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza.

La semana pasada los físicos que trabajan en el experimento CMS del CERN hicieron público uno de los resultados más impactantes de cuantos han obtenido durante los últimos años.

Este sofisticado y complejo dispositivo tiene una potencia de nada menos que 10 petavatios, que, como podemos intuir, es una cantidad descomunal de energía.

En noviembre de 2021 nació el edificio 937 dentro del recinto del CERN. Algunas de las personas que trabajan en su interior se dedican expresamente a diseñar y fabricar robots de vanguardia. Este es uno de ellos.

El Futuro Colisionador Circular (FCC) que ya están planeando los físicos e ingenieros del CERN es sin duda uno de los proyectos científicos más apasionantes en desarrollo.

Los llamamos “químicos eternos” porque se trata de moléculas casi indestructibles. Ahora contamos con una herramienta que podrá ayudarnos a luchar contra ellos: un acelerador de partículas.

El Modelo Estándar es la mejor descripción que tenemos del mundo de la física de partículas. Es tan robusto y perfecto que, a pesar de llevar muchos años buscando fisuras en él, los físicos aún no las han encontrado.

Durante las últimas semanas el CERN está inusualmente activo. Y no cabe duda de que para todos los que seguimos de cerca sus experimentos es una gran noticia.

Si todo va según lo previsto el LHC de alta luminosidad (HL-LHC por su sigla en inglés) estará listo a finales de esta década. En 2029, o, a lo sumo, en 2030.